Los seres humanos a veces desconocemos nuestra naturaleza infinita.
Nos limitamos, frenamos la marcha y no llegamos más allá de la orilla del barranco. Cuánto podríamos hacer, cuánto podríamos descubrir, qué mundos reinventaríamos con nuestra fuerza, intelecto y fantasía. La misma realidad, el mundo, la mala educación nos ha encerrado en un costal donde solo gateamos por supervivencia pero no buscamos otra forma de libertad.
Así nos han acostumbrado a pensar, porque la creatividad es un motivo para romper esquemas tanto personales, como sociales, políticos, culturales y económicos.
¿Por qué no podemos ver un punto donde hay una línea?
Porque los ojos no quieren desintegrar la materia y observar más allá de lo establecido...
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